sábado, 24 de agosto de 2013


El percusionista agregó ciertos condimentos que lo hace más atractivo. Una cámara fija muestra a Jorge González Pérez frente a cuatro colas en buena forma a las que golpea como si fueran tambores. En esta nueva versión, un hombre y una mujer que se ubican por detrás de él. Así incorpora un color auditivo más, ya que usa el pecho del señor y los pechos de la dama como timbales. En la fusión, además intervienen un piano, un trombón, sintetizadores y loops. La sorpresa  sin dudas, sucede cuando se descubren los dueños de las cuatro colas cubiertas con tangas blancas y negras. Parecían todas mujeres, pero no. Los "timbales" humanos fueron repartidos entre dos hombres y dos damas. Después, todo se convierte en una fiesta y mientras Jorge ejecuta su verdadero instrumento, el resto baila.

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