viernes, 16 de agosto de 2013



Algunos niños gustan de jugar a cosas algo brutas cuando son pequeños, ya que no les importa hacerse un poco de daño entre ellos, siempre y cuando sea jugando. Pelearse, aunque sea en broma con sus amiguitos, es algo de lo más común para estos niños, que no lo entienden como algo malo o negativo ya que para ellos es simplemente un juego. 

Otros se empeñan en probar cosas algo más peligrosas, como fabricar sus propias armas caseras. No hablamos solo de algún pequeño coctel molotov, sino de todo un bazooka casero de plásticos, algo que parece ser una moda entre los jóvenes estadounidenses. Sin embargo, como es de esperar, en ocasiones eso del bazooka casero sale mal. El niño parece dispuesto a lanzar la botella de plástica muy lejos con su flamante bazooka casero recién estrenado. Sin embargo, esto de las armas en manos de un niño es bastante peligroso, aunque la haya creado el mismo.

Al tratar de abrir fuego, algo falla y un trozo del proyectil golpea al chico en toda la cara, haciendo que caiga al suelo de espaldas. Tras el fuerte impacto, el niño tarda un poco en reaccionar, sin explicarse todavía cómo ha ocurrido el error y porque ha recibido ese golpe. No sabemos si después trataría de solucionar el problema del bazooka o preferiría dejarlo pasar para no llevarse otro gran golpe. Nosotros, sin duda, escogeríamos esa segunda opción, por si acaso…




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